miércoles, 12 de septiembre de 2007

Un día normal...


...en el que pensé "¿y por qué no creo hoy un blog?". Como quien crea una hamburguesa. No tenía ni zorra de dónde hacerlo ni de cómo iría esto...simplemente quería escribir mis movidas. Con esto de estar haciendo el proyecto fin de carrera le he pillado gustillo al teclado, y la verdad que escribir un diario para leerlo yo sola me resulta un poco deprimente, porque hay días que los tengo finos...bueno, por cierto, que lo de diario le queda un poco grande. Escribo en momentos especiales. Y hoy, que debería estar acabando ya el maldito proyecto al son de Frank Sinatra, me he dedicado a darme un homenaje, como es habitual en mí. Aquí estoy, escuchando a Frankie, con mi gata tumbada a la orilla (con una lámpara enorme en la cabeza, que hace tres días que la han vaciado, la pobre), con mi bombacho de rayas negras y verdes, calcetines rojos, zapatillas enormes azules y camiseta blanca con un tío escalando...o lo que es lo mismo, con unas pintas del copón. Encima, la mierda-día-gris...aunque no me quejo de las vistas, que vivo en el campo.

En fin, que ando un poco triste. Hace unos días volví a tocar el chelo, que no lo pillaba desde vacaciones (¡un año con vacaciones!) y se me han vuelto a abrir los callos...pero así como me reencuentro con mi música, no me pasa con los colegas. Cada uno anda a lo suyo, ha habido malos rollos por ahí... y, la verdad, me aburro mucho. El tema es que he vivido cinco añitos fuera de casa, y este año, como mínimo, no me voy hasta febrero. Y volver a casa con los padres es duro...sobretodo con los míos: que si sólo piensas en salir por ahí, que si no haces nada...cosa que no es del todo cierta. Y digo del todo porque tiene parte de razón, pero ellos no ven, no pueden ver mi trabajo; yo hago música, no necesito meter un mínimo o un máximo de horas (...); además, si no me ven encima de un escenario, no me reconocen el trabajo. Siempre dudando. Y estas dudas las llevan a todos los campos con respecto a mí: que si te pasas el día escuchando heavy, que te estás embruteciendo, que tienes demasiada imaginación, que te estás perdiendo... De verdad, ¿es tan difícil hacer ver a los padres cómo eres? Porque por más que lo intento, no lo ven. No es que no lo quieran ver, es que no lo ven. La pena que me da no es esconderme a mi familia, que será el caso de otras personas, sino el de gritarles cómo soy y no verlo. Tergiversan las cosas, y al final, me hago un lío.

Más adelante ya os pondré en situación, En situación de cómo andan las cosas por mi casa, quiero decir... parece todo muy bonito, aunque yo no lo veo tan claro. Aunque, ahora que miro por la ventana, parece que el sol quiere instalarse, menos mal...

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